La Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita, que se celebra del 21 al 27 de agosto, pone de relieve una preocupante realidad en Argentina: aproximadamente 40.000 personas fallecen cada año a causa de este evento inesperado. Esta cifra, proporcionada por instituciones médicas y científicas, subraya la importancia de la concientización y la preparación para actuar rápidamente ante una emergencia cardíaca.
¿Qué es la Muerte Súbita?
La muerte súbita se define como un fallecimiento abrupto e inesperado, generalmente de origen cardíaco, que ocurre en una persona aparentemente sana dentro de la primera hora del inicio de los síntomas. Alan Sigal, coordinador de guardia del ICBA Instituto Cardiovascular, explica que a menudo está relacionada con arritmias graves, como la fibrilación ventricular, y frecuentemente asociada a enfermedades de las arterias coronarias. También puede estar vinculada a cardiopatías congénitas y arritmias de origen genético.
¿A Quiénes Afecta?
Si bien puede afectar a personas de todas las edades, la muerte súbita presenta dos picos de incidencia: durante la infancia y a partir de los 45 años. En adultos, representa una de cada cuatro muertes, y en la mitad de los casos se vincula a causas cardiovasculares. José Gant Lopez, jefe de Electrofisiología Cardíaca del Hospital Alemán, enfatiza que se trata de un fallecimiento natural, inesperado e instantáneo.
La Importancia de la Respuesta Inmediata
Un dato crucial es que más del 50% de los casos de muerte súbita ocurren fuera del ámbito hospitalario, ya sea en hogares, lugares de trabajo o espacios públicos. Esto resalta la necesidad de una respuesta comunitaria rápida y efectiva. La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, subraya la importancia de la preparación y la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP).
Cómo Prevenir y Actuar
La prevención se basa en dos pilares fundamentales: la detección temprana de factores de riesgo y la implementación de la "cadena de vida", que incluye el reconocimiento temprano, la activación del servicio de emergencias, la RCP temprana y la desfibrilación. Cada minuto cuenta, ya que la muerte cerebral comienza a ocurrir entre 4 y 6 minutos después de un paro cardíaco, y por cada minuto de demora en iniciar la RCP, las posibilidades de supervivencia disminuyen significativamente.
- Aprender RCP: La reanimación cardiopulmonar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
- Conocer los síntomas: Estar atento a posibles señales de alerta, como dolor en el pecho, dificultad para respirar o pérdida repentina del conocimiento.
- Promover espacios cardioprotegidos: Fomentar la instalación de desfibriladores externos automáticos (DEA) en lugares públicos y capacitar al personal para su uso.