Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea: amor, paternidad y la razón de no casarse

Juan Ingaramo, el talentoso músico y actor cordobés, vive un presente radiante tanto en lo profesional como en lo personal. Triunfa en la calle Corrientes con el musical "Pretty Woman" junto a Florencia Peña, y comparte su vida con la actriz Violeta Urtizberea, con quien tiene una hija, Lila. Sin embargo, hay una pregunta que muchos se hacen: ¿por qué no se han casado?

La razón detrás de la no boda

En una reciente entrevista, Ingaramo reveló el motivo por el cual él y Violeta no han dado el "sí, quiero". "No, no. Ni tocamos el tema, no nos modifica en nada", explicó. "Ya tenemos nuestra casa y nuestra hija, Lila, que tiene cinco años. Ya estamos re bien con todo esto. Lila nos tiene locos de amor a los dos".

Para la pareja, el matrimonio no es una prioridad. Su relación se basa en el amor, el respeto y la felicidad que comparten junto a su hija. Han construido un hogar sólido y una familia unida, lo que consideran suficiente para su bienestar.

La paternidad: un cambio radical

Ingaramo también habló sobre cómo la paternidad transformó su vida. "¡En todo! Absolutamente en todo", afirmó. "Fue un giro de 180 grados de una. Para bien, eh. Lo que siento con Lila no le he sentido con otras cosas: ni con los shows, ni con el éxito, ni con la guita ni con nada. Ella supera todo. Hay algo ahí que genera un amor paternal que me vuelve loco. Me hace sentir vivo".

La llegada de Lila le dio un nuevo sentido a su existencia. Descubrió un amor incondicional y una alegría que superan cualquier logro profesional o material. Ser padre lo ha centrado y le ha enseñado a valorar lo verdaderamente importante en la vida.

La búsqueda de Lila y los miedos iniciales

El músico también compartió cómo planearon tener a Lila: "Queríamos formar una familia y llegó rapidísimo. Apenas nos dejamos de cuidar, llegó al toque". Sin embargo, confesó que al principio sintió miedo: "Cuando nos enteramos de la noticia, debo confesar que al principio me asusté. Contaba con un poquito más de changüí. Yo me iba se gira por Europa y Latinoamérica... pero la paternidad cambió todo". A pesar del temor inicial, la felicidad de convertirse en padre superó cualquier duda.

La historia de Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea es un ejemplo de amor, compromiso y la importancia de construir una familia basada en el respeto y la felicidad, más allá de las convenciones sociales.

Compartir artículo