Gobierno evalúa venta de tierras del INTA: ¿Qué implicaciones tiene?

El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, confirmó que el gobierno nacional analiza la venta de 70.000 hectáreas pertenecientes al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Esta medida se suma a la ya anunciada intervención y degradación del INTA, así como de otros organismos clave como el INTI, INASE e INAFCI.

Según Sturzenegger, de las 110.000 hectáreas que posee el INTA, solo 45.000 se utilizan para experimentación con fines comerciales y productivos. El plan del gobierno es transferir las propiedades a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), despojando al INTA de su autarquía.

¿Por qué esta medida?

La decisión del gobierno ha generado fuertes críticas y cuestionamientos desde diversos sectores. Se argumenta que el INTA, junto con otros organismos ahora intervenidos, funcionaban correctamente y no existía una demanda social o económica que justificara estas medidas. La principal preocupación radica en los intereses que podrían estar detrás de esta reestructuración, incluyendo el valor de las tierras que maneja el INTA.

Implicaciones de la medida:

  • Pérdida de Autonomía: El INTA dejará de ser un organismo descentralizado con autarquía para convertirse en un ente desconcentrado, dependiente de la Secretaría de Agricultura.
  • Posible desfinanciamiento: La venta de tierras podría implicar una reducción en la capacidad del INTA para llevar a cabo sus investigaciones y programas de desarrollo agropecuario.
  • Impacto en el sector agropecuario: La degradación del INTA y otros organismos podría afectar la innovación y el desarrollo tecnológico en el sector agropecuario, perjudicando a productores y consumidores.

El gobierno justifica la intervención del INTA argumentando que está “sobredimensionado” y presenta “graves deficiencias administrativas”. Sin embargo, estas justificaciones no convencen a los críticos, quienes ven en estas medidas una estrategia para favorecer intereses privados y/o extranjeros.

La situación sigue generando debate y preocupación en el sector agropecuario y en la sociedad en general.

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