El próximo enfrentamiento entre Ceará y Corinthians, correspondiente a la 14ª jornada del Campeonato Brasileño Serie A, estará marcado por la designación de un árbitro con historial polémico y la prohibición de acceso a las hinchadas organizadas a los estadios. Paulo Cesar Zanovelli da Silva, de Minas Gerais, será el encargado de impartir justicia en el partido que se disputará este miércoles a las 19h30 en el estadio Castelão, en Fortaleza.
Un Árbitro Bajo la Lupa
Zanovelli ya dirigió un partido del Corinthians en 2025, en la victoria 4-2 sobre el Internacional. Sin embargo, la actuación arbitral generó controversia debido a la anulación de dos goles del 'Timão', lo que provocó fuertes críticas por parte de la directiva del club. A pesar de este incidente, el historial general del Corinthians con Zanovelli es favorable, con siete victorias, cuatro empates y una sola derrota en 12 partidos.
Prohibición a las Hinchadas
Además de la polémica arbitral, el partido se verá afectado por la prohibición de acceso a las torcidas organizadas del Ceará a los próximos dos partidos como local. La medida fue impuesta por la Policía Militar y respaldada por el Ministerio Público debido a que la Torcida Organizada Cearamor (TOC) incumplió el protocolo de seguridad en el último Clásico-Rei. La TOC exhibió un mosaico que aludía a los 100 años del Cuerpo de Bomberos e incluía una representación provocativa de la mascota del Fortaleza, incitando a la rivalidad entre las hinchadas.
Asimismo, el Ministerio Público también denegó la autorización para la entrada de las torcidas organizadas del Corinthians al partido del miércoles en el Castelão. Esta decisión se basa en una portaria de la Federación Paulista de Fútbol que atiende una recomendación del Ministerio Público de São Paulo.
Un Clásico con Ingredientes Extra
El encuentro entre Ceará y Corinthians se presenta, por lo tanto, como un partido cargado de tensión y con varios factores que podrían influir en el desarrollo del juego. La designación de un árbitro con historial polémico y la prohibición de acceso a las hinchadas organizadas añaden un condimento extra a un clásico que ya de por sí promete ser emocionante.