El 17 de julio de 2015, el mundo del automovilismo se vistió de luto al confirmarse el fallecimiento de Jules Bianchi, nueve meses después de su grave accidente en el Gran Premio de Japón. Su muerte significó la primera pérdida fatal de un piloto por lesiones sufridas en una carrera de campeonato mundial desde Ayrton Senna en 1994.
Una década después, la memoria del piloto francés, que prometía ser una estrella en la Fórmula 1, sigue presente en el deporte. Desde los homenajes en cada visita a Suzuka hasta los constantes tributos de su ahijado, Charles Leclerc, Bianchi permanece en las conversaciones cotidianas sobre la F1.
Una carrera prometedora
Bianchi tuvo una exitosa trayectoria en categorías inferiores, ganando carreras y campeonatos, lo que llamó la atención de Ferrari. Tras una prueba exitosa con la escudería italiana, se unió a su programa de jóvenes pilotos, dando origen a la Ferrari Driver Academy que conocemos hoy. Continuó probando para el equipo mientras ascendía en las fórmulas junior, logrando el tercer puesto en los campeonatos de GP2 de 2011 y 2012.
En 2012, participó en sesiones de práctica libre con Force India en casi la mitad de los fines de semana de carrera, acumulando experiencia con la esperanza de ascender a un asiento de piloto titular. La oportunidad llegó en 2013, cuando Marussia lo contrató tras cancelar el contrato de Luiz Razia por problemas financieros.
Bianchi superó a su compañero Max Chilton durante todo el año, pero el Marussia no era competitivo, logrando un mejor resultado de 13º en el Gran Premio de Malasia. En 2014, con un nuevo ciclo de regulaciones técnicas, Marussia volvió a ser un equipo de la parte trasera de la parrilla.
El punto culminante en Mónaco
Sin embargo, en el Gran Premio de Mónaco, Bianchi llevó su coche al noveno lugar, sumando los únicos puntos de su carrera y del equipo en la Fórmula 1. Este logro marcó un momento significativo para la organización, cuya alegría se sintió hasta el trágico fin de semana en Suzuka.
El fatídico accidente y el legado
El Gran Premio de Japón de 2014 se disputó en condiciones climáticas adversas debido a la llegada del tifón Phanfone. En las últimas etapas de la carrera, Bianchi perdió el control de su monoplaza y chocó contra una grúa que retiraba otro vehículo. Sufrió una lesión axonal difusa y nunca recuperó la conciencia, falleciendo el 17 de julio de 2015, a dos semanas de cumplir 26 años.
Su ex jefe de equipo en Marussia, Graeme Lowdon, lo recuerda con cariño. Bianchi, originario de Niza, era el padrino de Charles Leclerc. De no haber sido por la tragedia, es probable que ambos hubieran sido rivales en la cima de la Fórmula 1 en los últimos años. El recuerdo de Jules Bianchi permanece vivo en el corazón de los aficionados y en la memoria del deporte motor.