Insuficiencia Venosa Crónica: Causas, Síntomas y Tratamientos

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una afección común, especialmente en adultos mayores, que afecta la capacidad de las venas para retornar la sangre desde las piernas hacia el corazón. Recientemente, la noticia de que el expresidente Donald Trump padece esta condición ha puesto el foco en esta problemática de salud.

¿Qué es la Insuficiencia Venosa Crónica?

La IVC se produce cuando las válvulas unidireccionales dentro de las venas de las piernas se debilitan o dañan. Estas válvulas normalmente impiden que la sangre fluya hacia atrás, pero cuando no funcionan correctamente, la sangre se acumula en las venas, causando hinchazón, dolor y otros síntomas. MedlinePlus, el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la define como una afección de larga duración que puede ser causada por el mal funcionamiento de estas válvulas o por la presencia previa de coágulos sanguíneos.

Factores de Riesgo y Causas

Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Edad avanzada
  • Antecedentes familiares de IVC
  • Trombosis venosa profunda previa
  • Obesidad
  • Embarazo
  • Permanecer mucho tiempo sentado o de pie
  • Estatura elevada

Síntomas de la Insuficiencia Venosa Crónica

Los síntomas de la IVC pueden variar en intensidad, pero comúnmente incluyen:

  • Dolor intenso en las piernas
  • Sensación de pesadez o cansancio
  • Calambres
  • Picazón u hormigueo
  • Hinchazón en tobillos y pies
  • Cambios en la coloración de la piel (oscurecimiento o enrojecimiento)
  • Várices
  • Úlceras en las piernas (en casos severos)

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la IVC generalmente involucra un examen físico y la evaluación de los síntomas por un médico. Se pueden realizar estudios de ultrasonido Doppler para evaluar el flujo sanguíneo en las venas y detectar cualquier anomalía. El tratamiento para la IVC puede incluir:

  • Medias de compresión: Ayudan a mejorar la circulación y reducir la hinchazón.
  • Elevar las piernas: Facilita el retorno venoso y alivia los síntomas.
  • Ejercicio regular: Mejora la circulación y fortalece los músculos de las piernas.
  • Medicamentos: Para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
  • Procedimientos médicos: En casos más graves, se pueden considerar opciones como la escleroterapia, la ablación con láser o la cirugía para reparar o eliminar las venas afectadas.

Es importante consultar a un médico si experimenta síntomas de IVC para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Compartir artículo