El 30 de julio se celebra el Día Mundial del Cheesecake, una excusa perfecta para disfrutar de este delicioso postre. Cremoso, suave y con un toque frutal, el cheesecake se ha ganado un lugar en los corazones de muchos. Pero, ¿cómo preparar uno en casa y cómo ha evolucionado este postre a lo largo del tiempo?
Receta fácil para un Cheesecake casero
Aquí te compartimos una receta sencilla para disfrutar de un cheesecake casero con una textura cremosa y un sabor clásico, perfecto para combinar con tu mermelada favorita.
Ingredientes:
- 1 ½ paquetes de galletas tipo María molidas
- 1 barra de mantequilla fundida
- 4 paquetes de queso Philadelphia
- 1 ¼ tazas de azúcar
- ¼ taza de fécula de maíz
- 1 taza de crema para batir
- 1 taza de mermelada de fresa (o tu favorita)
Preparación paso a paso:
- Base crujiente: Mezcla las galletas molidas con la mantequilla fundida. Coloca la mezcla en un molde para tarta, presionando bien para cubrir el fondo.
- Relleno cremoso: Bate el queso crema con el azúcar durante 5 minutos. Añade la fécula de maíz, luego la crema para batir. Incorpora los huevos uno a uno hasta obtener una mezcla homogénea.
- Horneado: Vierte la mezcla sobre la base de galletas. Coloca el molde dentro de una bandeja con agua (baño maría) y hornea a 180 °C durante 1 hora y 20 minutos.
- Enfriado y decoración: Deja enfriar a temperatura ambiente, luego refrigera durante al menos 4 horas. Finalmente, decora con la mermelada de tu elección.
La evolución del Cheesecake: De postre común a estrella culinaria
El cheesecake ha experimentado una notable transformación a lo largo del tiempo. Antes, era un postre más en el menú, pero ahora se ha convertido en un símbolo de calidad y sofisticación culinaria. Desde el clásico New York Cheesecake hasta las versiones más innovadoras, como la tarta de queso japonesa o la tarta de queso estilo La Viña, la variedad es infinita.
La clave del cheesecake moderno reside en su textura cremosa y su sabor equilibrado. Una base de galleta o masa sablée, un relleno que se derrite en la boca y un tostado perfecto son elementos que definen al cheesecake contemporáneo. La competencia entre chefs por crear la mejor tarta de queso ha elevado este postre a un nuevo nivel, convirtiéndolo en una verdadera obra de arte culinaria.